“Cero neto” significa tener un equilibrio entre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que producimos y la cantidad que eliminamos o absorbemos de la atmósfera. La meta es que nuestras emisiones netas de GEI se reduzcan a cero, es decir, que no agreguemos más a la atmósfera. Esto ayuda a mantener los niveles de emisiones en un punto que no cause interferencias peligrosas en el sistema climático.
Este concepto es muy importante para enfrentar la crisis climática, ya que las emisiones de GEI son el principal impulsor del calentamiento global.
Para cumplir con el Acuerdo de París y limitar el calentamiento a 1.5°C sobre los niveles pre-industriales, necesitamos lograr cero emisiones netas de GEI a nivel mundial para 2050. Según el IPCC (grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático), para tener un 50% de probabilidad de mantener el calentamiento en 1.5°C, debemos reducir las emisiones netas de CO2 en un 45% de los niveles de 2010 para 2030, y llegar a cero emisiones netas para 2050.
Algunas empresas y países ya se han comprometido a alcanzar el cero neto para 2050. Sin embargo, la implementación de estos compromisos es un desafío mayor porque lograr el cero neto requiere una transformación profunda en la forma en que producimos y consumimos. Un esfuerzo masivo en lograr este objetivo implica un cambio total en la cultura de personas, empresas y países en su conjunto.
Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), para alcanzar el objetivo de cero neto a 2050 se necesita una acción prioritaria en siete áreas:
- Eficiencia energética
- Inversión en tecnologías limpias
- Seguridad energética
- Cooperación internacional
- Planes de Estado creíbles en el corto plazo
- Altos niveles de innovación
- Expansión masiva de las energías limpias
Una forma en que las empresas, municipios, regiones y países pueden contribuir al objetivo de cero neto es a través de la transformación de residuos en combustibles. Por ejemplo, las plantas de biocombustibles que convierten residuos agrícolas y forestales en combustible pueden ayudar a reducir las emisiones netas de GEI.
Esto se debe a que el carbono liberado durante la combustión del biocombustible es absorbido previamente por las plantas durante su crecimiento, lo que crea un ciclo cerrado de carbono. Además, estas plantas de biocombustibles pueden aprovechar los residuos que de otro modo se desecharían, evitando así que se descompongan y emitan metano, un GEI potente.
Plantas de tratamiento cero neto
Alternativas de alto impacto son las plantas de tratamiento de residuos que en UNICA Global traemos a Sudamérica. Varias de ellas ya están funcionando en Europa, transformando los residuos en combustibles limpios que pueden ser utilizados por los Estados para entregar energía a hogares, instituciones públicas y privadas y también a la industria aérea y marítima, entre otros.
Más allá del camino que se elija, el concepto “cero neto” es fundamental para abordar el cambio climático, y tanto empresas como gobiernos pueden desempeñar un papel clave en su consecución a través de soluciones concretas como la transformación de residuos en combustibles. La adopción de estas medidas no va a solucionar el problema, pero seguro que nos permitirá avanzar hacia un futuro más sostenible y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
En UNICA Global creemos en la tecnología como un factor indispensable para bajar emisiones, descarbonizar y solucionar el problema de la basura en Sudamérica. Trabajamos directamente con líderes en la industria del tratamiento de residuos. Implementamos plantas de valorización que transforman la basura -incluso sin separación de origen- en electricidad, agua y combustible certificado. Implementamos el proyecto completo: desde los estudios iniciales hasta la puesta en producción.
Si le interesa saber más solicite una reunión con nuestro equipo.